A pocos bichos echamos tanto de menos como a los caracoles, casi desaparecidos de ribazos y paredes víctimas de los plaguicidas. Conversación no tenían, pero con su ausencia el silencio se ha hecho más profundo.


A pocos bichos echamos tanto de menos como a los caracoles, casi desaparecidos de ribazos y paredes víctimas de los plaguicidas. Conversación no tenían, pero con su ausencia el silencio se ha hecho más profundo.